Cuando fui hacia la puerta, todo me daba vueltas.
Dijo: "esto no te lo olvido." Estaba rígido e inmóvil en medio de la habitación, y dijo con voz fría y seca: "Esto no voy a perdonártelo."
Encontré el picaporte, y afuera en el pasillo seguí aferrándome al picaporte por un rato, esperando su voz, un juramento o que lanzase su zapato contra la puerta.
Principio de "Los hermanos"
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