De pronto percibió lo vulnerables que eran, cómo en el fondo la vida pendía de un hilo, de un paso en falso, de un segundo de menos, o de más. Todo, y sobre todo lo peor, podía ocurrir. El piso, la calle, la ciudad contenían un número infinito de peligros, de posibles accidentes, de dramas irreparables.
De "Nada se opone a la noche"
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